El mandatario estadounidense, Joe Biden, ha llevado a su nación hacia un declive en política exterior del que no parece poderse levantar y que amenaza todavía más la seguridad en la frontera sur.

Las ausencias de los otrora aliados de EE.UU. en la Cumbre de las Américas, aunado a la mínima relevancia que tuvo el cónclave, son la muestra más reciente de esta tendencia.

La abogada experta en derechos humanos, Irina Tsukerman, describió en la prestigiosa revista New York Post cómo el «mal manejo» (o mismanagement, en inglés) de parte del líder demócrata provocará un «desastre» tarde o temprano en el tema migratorio.

«Sin duda, (el presidente) Biden ha atacado y acosado los pocos países pro-hemisferio occidental que quedan en América Latina», conignó Tsukerman.

El jefe de Estado salvadoreño, Nayib Bukele, no asistió a la Cumbre de las Américas. Tampoco llegaron el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, ni la presidente de Honduras, Xiomara Castro. En su lugar, llegaron otros representatnes de los gobiernos.

Después de lograr asombrosos resultados en la persecución de pandilleros de la MS-13 –declarada organización terrorista en ambos países– con el equipo del expresidente republicano Donald Trump, Biden llegó a ejercer presión sobre la administración del Presidente Bukele. Sin tener pruebas, la gestión de Biden puso a sus funcionarios en listas negras y acusó directamente al Presidente Bukele de atentar contra los derechos humanos de los criminales, «que terminaron merodeando por las calles de los Estados Unidos», advirtió la columnista.

El papel de la vicepresidenta Kamala Harris como encargada de los asuntos en Centroamérica fue todavía menos decoroso, porque no ha logrado ninguno de los objetivos que se propusieron.

La abogada y editora describió que, desde el principio, Biden dejó perder el vínculo con Brasil y Argentina, dos de las economías más fuertes en la región. Para colmo, se dedicó a tratar de complacer a la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela y así fue como prosperó la alianza entre ese país con Cuba y Nicaragua.

«Como resultado del mal manejo de las relaciones con los aliados clave en América Latina, Biden está enfrentando una crisis migratoria en la frontera que cada vez es mayor, y una pérdida generalizada de influencia de los EE.UU. en el vecindario», destacó Tsukerman.