En el año 2017, dos pandilleros asesinaron frente a una iglesia evangélica en la colonia Altavista, a un camarógrafo de Grupo Megavisión, Samuel Rivas, quien recibió 9 disparos de bala sin mediar palabra.

El hecho generó la indignación contra el director de la PNC de ese momento, Howard Cotto y el ministro de Seguridad Mauricio Ramírez Landaverde, señalados como responsables de la violencia imparable que golpeaba a todos los sectores de la sociedad.

Las investigaciones fiscales revelaron que Rivas era señalado como un objetivo clave de la pandilla 18, por el tipo de trabajo que desempeñaba y que su muerte seria considerada como premio para ascender a un mayor rango dentro de la estructura criminal.