El pase de Marruecos a los cuartos de final del mundial tras eliminar a España dejó el momento más emotivo del mundial y que protagonizaron el lateral Achraf Hakimi y su madre, Saida Mouh.

En cada victoria de Marruecos el lateral salía del campo a festejar con su madre la victoria, pero el ambiente en el estadio Ciudad de la Educación se encargó que una nueva celebración conmoviera del mundo del fútbol.

Hakimi se aleja de sus compañeros y va directamente a la primera fila de los graderíos, busca a su madre y ella inmediatamente le da un beso en la frente, mientras llora de alegría por el logro de su hijo, una situación que seguramente no pasó por su cabeza años atrás.

El seleccionado tiene su origen en el seno de una familia humilde en el que el que la práctica del fútbol para él se volvía un sacrificio para los progenitores. “Mi madre limpiaba casas. Mi padre era vendedor ambulante. Que yo practicara fútbol era un sueño para mí y un sacrificio para ellos”, dijo.

» Mis hermanos sacrificaban cosas. Éramos muy pobres. Ahora yo lucho por ellos”, agregó.

A sus 24 años el futbolista milita en el PSG y ha pasado por equipos como el Real Madrid, de donde se formó, y en el Inter de Milán, una trayectoria envidiable.