El día de ayer el exdirector del Instituto de Medicina Legal, José Miguel Fortín Magaña publicó en el Diario de Hoy un artículo dirigido al embajador de EEUU, Ronald Douglas Johnson, en el que intenta manipularlo para ponerlo en contra del Presidente Nayib Bukele y que no continúe ayudando a nuestro país.

Fortín Magaña criticó al diplomático norteamericano por expresar su deseo de cooperar con Bukele: «nunca sabré por qué su primer anuncio por Twitter fue de plácemes por venir a trabajar de la mano del presidente, antes que referirse a los ciudadanos de esta Nación o a cimentar las bases de nuestra incipiente democracia…».

Además, con su retórica visceral, le miente de forma mentirosa y malintencionada: » su cercanía posterior con el mandatario salvadoreño nos demuestra que usted valora la amistad y que lo considera a él como a uno. El peligro, sin embargo, Señor Embajador, es que, por el contrario: Bukele a usted no lo considera así. Simplemente está viendo una oportunidad de consolidar su estancia y lo utilizará según le convenga. Si usted piensa que lo que le diga a él o a sus hermanos es secreto; si usted considera que acaba de mantener una reunión confidencial o discreta, tenga la seguridad que no es así y que si al mandatario le conviene, lo tirará de cabeza y empleará todo lo que ustedes hablen, tergiversando el contenido, si eso le conviene».

En realidad el Presidente les ha demostrado reiteradamente al embajador y a la nación estadounidense misma que los considera sus amigos con sus palabras, pero sobre todo con hechos concretos: combatiendo la corrupción, bajando la delincuencia a niveles históricamente bajos y desarrollando proyectos que mejoran las vidas de los salvadoreños, cosas que nunca hicieron los gobiernos de ARENA y el FMLN. Estos partidos políticos solo se dedicaron a robar.

Finaliza su llamado adulando al diplomático e intentando confundirlo: «en política puede que las percepciones interesen; pero desde el punto de vista cristiano, lo que importa es la verdad. Si ésta es o no popular, no es trascendente; y por eso hablo como hablo, porque vivo feliz en mi propia libertad, sin importar que alguien aprisione el cuerpo. Particularmente he admirado siempre a su nación y he creído que la Estatua que se encuentra en la Isla de la Libertad ha representado el “Sueño Americano”.
En lo que cabe, no permita que un aprendiz de dictador se apropie de este pequeño país, que hoy —un año después— es desafortunadamente mucho más pobre».

Aquí, leyendo entre líneas, Fortín aduce que la abrumadora aprobación que le da más del 92% de la población al Presidente no importa y lo que él piensa es la verdad absoluta; incluso va más allá, apoyándose en la doctrina cristiana para validar su intento de manipulación. Asimismo llama dictador al jefe de Estado, cuando ha sido el pueblo salvadoreño quien lo ha elegido de forma contundente, libre y soberana en los últimos comicios presidenciales. Cuando el exdirector del Instituto de Medicina Legal nombra al mandatario Bukele dictador, lo llama así porque le molesta que no permita a los oligarcas del país, a los mismos de siempre que sigan manejando El Salvador como su hacienda.

Finalmente, es sumamente bochornoso que José Miguel Fortín Magaña quiera enemistar a nuestro país con EEUU, que intente manipular a su embajador para ponerlo en contra del Presidente Nayib Bukele. Que no le importe hundir a El Salvador con tal que ARENA regrese al poder. Si hay dos palabras que describen perfectamente a Fortín Magaña, estas son: antipatriota y traidor.