Salvo en caso de emergencia, ningún visitante no perteneciente a la Unión Europea podrá ingresar al país galo.

Con el objetivo de evitar un nuevo confinamiento, en las últimas horas las autoridades francesas han ordenado el cierre de todas sus fronteras. Ninguna persona que proceda de una nación externa a la Unión Europea podrá entrar a Francia, a menos que sea por un motivo de imperiosa necesidad.

“El país cerrará sus fronteras exteriores a terceros países de fuera de la UE, ‘salvo motivo imperioso’ de viaje. Para los viajeros de dentro de la UE, hace obligatorio un test de diagnóstico de coronavirus de PCR. El toque de queda, actualmente vigente en el país y uno de los más restrictivos de la UE, seguirá en vigor”, declaró Jean Castex, primer ministro francés.

Desde el inicio de la crisis sanitaria, Francia registra 3.15 millones de contagios de COVID-19, y 75,620 decesos.

El gobierno francés ha cerrado las fronteras del país, con la finalidad de frenar la transmisión del COVID-19.