Empleados chinos trabajan en horario «996» (de 9 de la mañana a 9 de la noche, seis días a la semana).

En China muchas empresas se han visto obligadas a programar maratónicas jornadas de trabajo, con la finalidad de recuperarse de las afectaciones económicas ocasionadas por la pandemia de COVID-19. En tal sentido, los jóvenes se han adaptado a una jornada laboral que no les permite llevar una vida privada, ni distraerse.

Debido a esta situación, muchos jóvenes chinos practican el «desvelo en venganza», pero, ¿qué es esto? En realidad, no es un término muy complicado.

El desvelo en venganza hace alusión a que los jóvenes se obligan a sí mismos a sacrificar algunas horas de sueño para hacer las cosas que les gustan, para distraerse, para conversar con sus seres queridos,…

Recientemente China ha puesto en marcha el «horario 996», en otras palabras, trabajar de las 9 de la mañana, a las 9 de la noche, seis días por semana.

Para muchos, eso implicaba contar con un escaso margen de tiempo para bañarse, comer, dormir un poco y volver al trabajo; no obstante, muchos aseveraron que les «arrebataron su vida personal», tras someterse a estas extenuantes jornadas laborales.

Para recuperar su vida propia, los jóvenes empezaron a aplicar «bàofùxìng áoyè», o «procrastinación a la hora de dormir», acortando aún más sus horas de sueño, y de este modo dañando su salud. Algunos afirman que es triste, pero que con ello han logrado ganar «un poco de libertad».