Por segunda ocasión y en un periodo de 17 meses, el Gobierno de Nayib Bukele Ortez logra disparar el precio de los bonos que corresponde a su deuda externa y mejora su credibilidad con los acreedores externos que auguraban que el Estado salvadoreño estaba en quiebra y no tenía dinero para pagar sus compromisos a corto y mediano plazo.

Esto era la comidilla de todos los detractores de Bukele Ortez, en especial los medios de comunicación en su contra, que a diario dedicaban notas relacionadas con los impagos en que podía caer el Gobierno por falta de liquidez e incluso se atrevieron a decir que los bonos salvadoreños eran “basura”, según la clasificación que hizo Moody´s en julio de 2021 de Ba3 a Caa1, situación en que estuvo El Salvador en el 2017 durante el gobierno de Salvador Sánchez Cerén por problemas de pago de interese de previsiones, algo que no ha tenido nada que ver este gobierno.

Sin embargo, este martes el presidente Nayib Bukele hizo una jugada magistral al enviar a la Asamblea Legislativa dos iniciativas para asegurar fondos para el pago de los bonos a los acreedores hasta el 2025. Con ello garantiza el pago de su deuda y el Gobierno compra su propia deuda de bonos de aquí al 2025.

El movimiento que hizo el gobierno por medio de su ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, provocó que de inmediato se dispara el precio de los “bonos basura” que nadie quería y pasaron de 25 a 50 puntos en un lapso de dos horas.

La primera alza de los bonos salvadoreños se realizó tras las elecciones del 28 de febrero de 2021 y que el partido Nuevas Ideas se agenciara el triunfo de ese año con mayoría de alcaldes y diputados en la Asamblea Legislativa y ahora con la compra de su deuda internacional.