Según la tradición de la Iglesia católica, cada día de la Semana Santa, desde la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén en medio de palmas, durante el Domingo de Ramos, registra un acontecimiento trascendental dentro de la historia del ‘hijo de Dios’.

El lunes, María de Betania unge con perfumes a Jesús, y Judas Iscariote le recrimina esa acción; el martes, y sin dar nombres, el mesías anuncia la traición de uno de sus apóstoles, y la negación de Pedro. Ambos hechos se concretaron tal como lo profetizó Jesús.

El miércoles, Jesús confirma la traición de Judas Iscariote, quien lo venderá por 30 monedas de oro, según cuentan los evangelios.

El jueves, Jesús instituye la eucaristía y el orden sacerdotal es apresado por los guardias de Herodes. Tras su captura, los apóstoles comienzan a ser perseguidos y Pedro niega en tres ocasiones que conoce a su maestro.

El viernes, el Mesías es condenado a cargar la cruz en la que luego será crucificado en el Gólgota; el sábado permanece en el sepulcro y el domingo resucita de entre los muertos.