En el Domingo de Ramos se celebra la entrada de Jesús a Jerusalén, el relato de su pasión y su muerte en la cruz.
El Domingo de Ramos se conoce como la “puerta de entrada” en la que los cristianos se preparan para entrar en la Semana Santa para dirigirse a la Pascua.

Antes de entrar en Jerusalén, la gente tendía sus mantos por el camino y otros cortaban ramas de árboles alfombrando el paso, tal como acostumbraban saludar a los reyes.

La gente que se congrega a la misa del Domingo de Ramos, lleva ramos de olivo para que sean bendecidos por el sacerdote.

Los fieles acostumbran colocar dichas palmas, junto a las cruces o cuadros religiosos que hay en sus casas como recuerdo de la victoria de Jesús ante la muerte.