Tendidos en el piso y con la guía de un profesor que daba indicaciones con voz calma, decenas de estudiante del Colegio Sochides, de Renca, al norponiente de la capital chilena, participaron en un simulacro de tiroteo en los alrededores de la institución.

“Alerta, alerta, estamos en pleno simulacro de balacera en las afueras de nuestra escuela. Por lo tanto, es indispensable que sigan instrucciones”, les decía el docente Ricardo Martínez a los alumnos tendidos boca abajo y con las manos en la cabeza.

Si bien Orieta García, directora del colegio, aclaró que en dicho sector no han ocurrido tiroteos, el ejercicio fue para preparar a los estudiantes, en caso de que sí suceda.

El simulacro acentúa la crisis de inseguridad ciudadana y el accionar del narcotráfico que vive Chile, situación que data desde la época de la dictadura militar, pero que, según expertos, se ha incrementado en el actual gobierno e incluso cobró la vida de tres policías carabineros en semanas recientes.

Otros centros de estudio, kindergárdenes entre estos, ya han realizado el mismo procedimiento debido a las balaceras ocurridas en los alrededores.

Normalizar las balaceras

Para Carlos Díaz Marchant, presidente del Colegio de Profesoras y Profesores de Chile, el simulacro en Renca reconfirma la gravedad de la inseguridad ciudadana en el país, lo cual no debería ocurrir para evitar la normalización de las balaceras, dentro de la comunidad educativa.

“Se está asemejando una balacera a fenómenos que tenemos al interior de las comunidades educativas, consideradas como fenómenos naturales”, cuestionó, en referencia a la prevención de terremotos, incendios o inundaciones por lluvias.

La entidad hizo un enfático llamado al Gobierno de Gabriel Boric para que tome con seriedad este problema que constantemente afecta a la comunidad educativa nacional.

“Lo central y lo fundamental es no normalizar, bajo ningún punto de vista, ni asemejar como algo normal que puede ocurrir, un terremoto, una balacera. Eso es, absolutamente, inaceptable”, zanjó.