El presidente francés ha anunciado también un paquete de 1.000 millones de euros en subvenciones para intentar relanzar el mercado automovilístico en Francia.

El presidente francés, Emmanuel Macron, ha presentado este martes un plan de 8.000 millones de euros de ayuda al sector automovilístico para hacer frente a la crisis, que incluye el compromiso de los grupos PSA y Renault de fabricar en Francia sus vehículos «limpios», eléctricos e híbridos.

Macron ha explicado que a cambio del apoyo público, PSA y Renault tendrán que «relocalizar la producción con valor añadido en Francia y consolidar y mantener la totalidad de la producción industrial» en las plantas que tienen en el país.

El primer beneficiado será Renault, que está en una situación delicada y espera como agua de mayo un préstamo garantizado por el Estado de 5.000 millones de euros.

Un Renault Clio en una exposición.

De todos modos, Macron ha dicho que el crédito no se otorgará hasta que concluyan las negociaciones que la dirección debe iniciar el próximo lunes con los representantes de los trabajadores para darles garantías y fijar una estrategia de futuro.

Antes de eso, Renault presentará el viernes un plan de ajuste para el que la dirección no ha excluido ni el cierre de factorías ni la supresión de empleos.

Para llegar a eso, Renault se ha comprometido a triplicar su producción de coches eléctricos para llegar a 240.000 en 2022 y a localizar también en Francia el nuevo motor eléctrico de 100 kilovatios que ha desarrollado dentro de su alianza con Nissan, que inicialmente debía fabricarse en Asia.

PSA, por su parte, va a pasar de no haber ensamblado ni un solo vehículo eléctrico o híbrido en Francia el pasado año a 130.000 en 2021, con una inversión de más de 400 millones de euros en las futuras cadenas de tracción eléctrica y en el citado proyecto europeo de baterías del que ya es socio junto a Total y a Saft.

Además, PSA ha indicado que en el horizonte de 2022 en sus instalaciones de Sochaux se ensamblará el Peugeot 3008 eléctrico.