13 de enero de 2001, sábado, 11:35 a. m., un sismo hace vibrar el suelo de San Salvador y todos los departamentos del país, pero a diferencia de los cientos de movimientos telúricos que ocurren al año este perdura intacto en la memoria de millones de personas.

Cuando se da un sismo se libera energía y la que en esa ocasión se iba a liberar fue equivalente a 360 bombas atónicas, de acuerdo con el Ministerio de Medio Ambiente, e iba a provocar un terremoto de 7.7 grados.

Las calles del país parecían elásticas ante la fuerza de la naturaleza, cientos de viviendas comenzaron a desmoronarse. De acuerdo con el reporte final de la época 108,261 casas iban a ser destruidas.

El centro de la tragedia fue la colonia Las Colinas ya que el movimiento provocó un deslizamiento que iba a soterrar 687 viviendas matando a unas 500 personas y lesionando a otros miles.

A pesar del drama humano de ese entonces, el presidente Francisco Flores desvió $10 millones de una donación a las arcas del partido ARENA, de acuerdo con la Fiscalía, que lo procesó años después.

El dinero nunca fue devuelto y para compensar el daño al partido se le incautaron sedes y otros bienes materiales hace poco más de un año.