En las últimas semanas, la nación más grande de Latinoamérica se ha convertido en el epicentro global de la pandemia, registrando más muertes diarias a causa del virus que cualquier otro país.

Brasil reportó el martes 3.251 muertes por COVID-19, la primera vez que supera los 3.000 decesos en un día, en medio de exhortos al gobierno y al nuevo ministro de Salud para que implementen medidas para frenar el repunte de infecciones de coronavirus en el país.

En las últimas semanas, la nación más grande de Latinoamérica se ha convertido en el epicentro global de la pandemia, registrando más muertes diarias a causa del virus que cualquier otro país.

El récord del martes fue impulsado por 1.021 fallecimientos en Sao Paulo, el estado más poblado del país. La marca anterior en el estado era de 713 muertes en un día, reportadas en julio pasado.

La pandemia ha llevado a los sistemas de salud estatales al borde del colapso, ya que los hospitales ven cómo se llenan sus camas en las unidades de cuidados intensivos y disminuyen sus suministros de oxígeno para respiración asistida.

La mayoría de las demarcaciones del país han implementado medidas en los últimos días para restringir las actividades, a pesar de la firme oposición del presidente Jair Bolsonaro.

En un discurso de cuatro minutos que fue transmitido el martes por radio y televisión, Bolsonaro no mencionó el nuevo récord de fallecimientos, pero dijo que los brasileños “regresarán muy pronto a la vida normal”.

“Haremos que el 2021 sea el año de la vacunación de los brasileños”, afirmó Bolsonaro, mientras estallaban protestas de cacerolazos contra su gobierno en las principales ciudades del país. “Esa es la misión y la vamos a cumplir”.