Un tribunal de Teherán, en Irán, ha condenado a la primera persona a muerte de una persona que participó en la ola de protestas que vive el país desde septiembre.

Las manifestaciones iniciaron con la muerte de Mahsa Amini, una joven que fue detenida por la Policía acusada de no usar la hiyab, un velo que cubre la cabeza y el pecho de las mujeres, propio de los musulmanes.

Amini murió bajo custodia policial y con sospechas de haber sido torturada, lo que desató cientos de protestas desde esa fecha.

El hombre que ha sido condenado a muerte está acusado de incendiar un edificio gubernamental, alterar el orden público, «ser enemigo de Dios», entre otros cargos.

El mismo tribunal condenó a 5 personas más a penas de entre 5 y 10 años por los disturbios en las calles, donde se estiman que unas 15 mil personas han sido encarceladas.