El papa Francisco arribó a Mongolia, en medio de tensiones diplomáticas en la región.

Esta visita del pontífice es clave y espera dar aliento a unas comunidades católicas, a pesar de que arribó a ese país en silla de ruedas, llegó con alegría.

Francisco tuvo su primer encuentro con obispos, sacerdotes y monjas, quienes son la columna vertebral de la comunidad católica conformada con 1,450 personas.