El gobierno brasileño dice haber identificado a los organizadores y financistas del asalto a diferentes instituciones en lo que se comienza a señalar como un “capitolio brasileño”.
Los primeros señalados son los responsables de contratar los buses y al exminsitro de Justicia, Anderson Torres, quien fue enviado a prisión por estos actos.
Torres, quien fuera funcionario de Bolsonaro, habría sido clave en el accionar de las fuerzas de seguridad en Brasilia, quienes habrían facilitado a los manifestantes el ingreso a edificios públicos.
Desde Estados Unidos, el expresidente Jair Bolsonaro lamentó los hechos y que estos no le permitan tener días tranquilos, mientras tiene problemas de salud a causa de un ataque recibido en 2018.
Unos 600 detenidos por las manifestaciones han sido puestos en libertad, debido a condiciones humanitarias.