Autoridades mexicanas tomaron la decisión de desplegar una fuerza de tarea conjunta (policías y militares), que busca garantizar un ambiente de seguridad tras una crisis de violencia protagonizada por el crimen organizado, que ha golpeado en los últimos días a varias zonas del centro y norte de México.

Agencias de noticias señalan que las principales calles de Tijuana tienen escasa presencia de transeúntes, vehículos particulares y transportes públicos, y algunos comercios han vuelto a abrir.

El pasado viernes integrantes de bandas delictivas y del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) incendiaron una veintena de vehículos en las localidades fronterizas de Tijuana, Mexicali, Rosarito, Tecate y Ensenada, el transporte público se retiró de las calles y muchos comercios cerraron.