Aunque el expresidente de la Asamblea Legislativa y dirigente del FMLN, Sigfrido Reyes afirmó a medios nacionales que «no se está escondiendo» y que «está dando la cara», no regresa al país para enfrentar un juicio en su contra.

Reyes y su red de corrupción habrían lavado más de $1,451,220 mediante el sistema financiero y en la compra venta de inmuebles a través de sociedades “fantasma”, según la acusación fiscal.

“El fiscal general se prestó para esta persecución política, la cual se ha llevado a cabo de la forma más vil, sin ningún tipo de pruebas o siquiera indicios”, sostuvo Reyes.

Al igual que el expresidente del «gobierno del cambio», Mauricio Funes, Reyes es otro fugitivo de la justicia salvadoreña.