El obispo Rolando Álvarez fue condenado a 26 años de prisión por delitos como “traición a la patria”, “menoscabo de la integridad nacional” y “propagar noticias falsas”, además se le despojaron de todos sus derechos políticos y la nacionalidad nicaragüense.

Según ha revelado el propio presidente Daniel Ortega, Álvarez se negó a salir de Nicaragua entre los 222 presos políticos enviados a Washington, Estados Unidos.

El religioso había sido declarado enemigo del mandatario, quien denunció persecución y acoso, además de amenazas, hasta su captura a inicios del 2022.

“Que sean libres, yo pago la condena de ellos”, habría declarado el obispo, quien fue catalogado de soberbio por el presidente Ortega.