La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, decretó estado de excepción por los altos niveles de inseguridad que vive el país y decide seguir la misma ruta de El Salvador en la lucha contra las organizaciones criminales.

Castro ordenó a las autoridades de seguridad establecer estados de excepción y suspender las garantías constitucionales en las zonas que presentan mayores niveles de criminalidad.

La medida significa una guerra declarada contra las pandillas que practican la extorsión, la corrupción y el narcotráfico, fenómenos que mantienen en zozobra a la población y que pide soluciones concretas a estas problemáticas.

Las acciones incluyen controles en las fronteras donde elementos de la Fuerza Armada y Policía Nacional para lograr la captura de pandilleros.

“La extorsión está inmersa en diferentes áreas de nuestro país, es una de las principales causas de la migración y cierre de pequeños y medianos comercios”, remarco la mandataria sobre la ejecución de las distintas acciones a desarrollar.