Javier Simán, eterno aspirante a ser presidente de la república, y Adolfo “Fito” Salume, dueño forzoso del monopolio de las harinas, son apenas dos personajes que se han dedicado durante dos años a realizar visitas a Washington D.C., para influir en Estados Unidos en contra del gobierno de Nayib Bukele.

Salume ha luchado por años de meter a la lista gringa Engel a todos sus adversarios políticos y comerciales, ayudado por congresistas “amigos”. Sin embargo, el mismo Salume aceptó su relación con droga, la cual fue interceptada en Panamá. “Esa droga no es mía”, salió a decir en conferencia de prensa. Aunque la Fiscalía allanó propiedades de Salume, de forma rara ninguno de los fiscales generales Douglas Meléndez y Raúl Melara presentaron resultados.

Salume tiene a Hector Silva Avalos trabajando para el en Estados Unidos, una relación de largos años.

Por su parte, Simán ha exigido que Estados Unidos le imponga sanciones a los salvadoreños, como venganza luego que se comprobara que una de sus empresas evadió el pago de millones de dólares en impuestos. Simán se ayuda de su amigo y compañero de estudios, Luis Parada, un exmilitar que renunció a las Fuerzas Armadas.

Tanto Simán como Salume se han declarado enemigos de Bukele, y ambos se lisonjean de tener como aliada a la exembajadora Mari Carmen Aponte. Ambos han publicado en twitter sus visitas “urgentes” a congresistas amigos.

Analistas coinciden en que la lista de Washington publicada es «interesante», pues no aparecen corruptos confesos, entre otros prófugos: expresidente Mauricio Funes, Norman Quijano, Ernesto Muyshondt, entre otros. Solo se explica que han seguido guiones de Arena.