El mandatario y su gabinete de Gobierno han mantenido amplia popularidad entre los salvadoreños, quienes por primera vez confían en el liderazgo de un jefe de Estado porque ven que cumple sus promesas y promueve un verdadero desarrollo para el país.

Desde la firma de los Acuerdos de Paz en 1992, en El Salvador no se había presenciado una victoria contundente y sin precedentes como la del domingo 28 de febrero, donde el liderazgo del Presidente Nayib Bukele logró que el partido Nuevas Ideas, junto con GANA, obtuvieran, según resultados preliminares, alrededor de 60 diputados de 84 que integran la Asamblea Legislativa.

El mandatario y su gabinete de Gobierno han mantenido amplia popularidad entre los salvadoreños, quienes por primera vez confían en el liderazgo de un jefe de Estado porque ven que cumple sus promesas y promueve un verdadero desarrollo para el país.

“Este fenómeno no se ha visto en el país después de los Acuerdos de Paz. Ahora la población dice: probamos con la derecha y con la izquierda y no cambió mucho (…) Nayib aparece como un político pragmático, pero que resuelve”, sostuvo el analista Óscar Picardo.

Según los resultados preliminares del Tribunal Supremo Electoral (TSE), el partido Nuevas Ideas arrasó con los escaños en la Asamblea Legislativa, dejando poco margen a los partidos Arena y Fmln, quienes después de décadas aferrados a una curul, van a tener que ceder sus espacios.

Estos resultados revelan que los salvadoreños le están dando paso a un nuevo modelo político, desencadenado por el accionar de los partidos tradicionales, que fueron en contra de las necesidades de la población y que ahora, les cobra caro dejándolos a punto de desaparecer del mapa político del país.