En Paraguay, las autoridades del gobierno realizaron traslados de reos, «al estilo Nayib Bukele«, con el fin de controlar la criminalidad al interior de los centros penitenciarios del país suramericano.
 
La policía ingresó a la cárcel Tacumbú, que era controlada por el jefe del Clan Rotela, Javier Rotela, y quien se entregó durante el operativo Beneratio.
 
El traslado de los privados de libertad, 700 en total, fue similar al procedimiento que realizan en El Salvador, esposados, sentados en formación y con la cabeza hacia el piso, mientras son llevados a nuevos centros penitenciarios.
 
Además, llevaron a cabo una requisa al interior del centro penitenciario Tacumbú, encontrando un fin de ilícitos que les permitía a los delincuentes continuar con sus fechorías, entre ellos dinamita en gel, armas de fuego y blancas.
 
Previo al ingreso de las autoridades policiales se registró un enfrentamiento con el cartel de Rotela, que había tomado el control de la cárcel.