El exfutbolista brasileño Dani Alves, en detención preventiva desde hace más de un año por supuestamente violar a una joven en una discoteca de Barcelona, insistió este miércoles ante el juez que mantuvo relaciones sexuales consentidas con la víctima y que esa noche estaba muy borracho.

Alves se aferró a la tesis de la embriaguez porque podría ser un atenuante en caso de que el exatleta sea condenado.

El exlateral del Barcelona, que rompió a llorar en varios momentos de su declaración, según la prensa, aseguró que él y la mujer, de entonces 23 años, se conocieron en el reservado de la discoteca Sutton, estuvieron «bailando», «interactuando», «perreando» y que no tuvo que «insistir» para que ella accediera ir con él al baño, donde empezó a practicarle una felación.

En la versión que ofreció, Alves reiteró que la mujer le «hizo una felación» y que tuvo sexo consentido con ella.

El exfutbolista ha cambiado de versión varias veces, pero lo último que ha sostenido es que se encontraba en estado de embriaguez, cosa que el martes confirmó su esposa, la modelo canaria, Joana Sanz.

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