Una excavación arqueológica en el norte de Irak descubrió una estatua de más 2,700 años de antigüedad de una deidad asiria alada.

Según investigadores, la estatua representa a una deidad conocida como lamasu que tiene cabeza humana, cuerpo de toro y alas.

Sin embargo, la escultura no tiene cabeza pues fue robada por contrabandistas en la década de 1990 y fue encontrada hecha pedazos, pero fue reconstruida por el Museo Nacional de Irak.

La estatua mide 3.8 por 3.9 metros, pesa 18 toneladas y está hecha de alabastro de yeso.

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