Susana Domínguez interpuso una demanda contra el estado español debido a que asegura estar arrepentida de haberse sometido a la operación de cambio de sexo, la que es irreversible.

Domínguez se convierte en el primer caso en España de persona transexual que se muestra inconforme con dicho procedimiento, algo de lo que responsabiliza a su psicólogo.

Expertos en el tema han concluido que este caso fue producto de un mal abordaje por parte del experto en salud mental, ya que definió que Susana tenía problemas de orientación sexual, pero en realidad sufría un trastorno del espectro autista, depresión y trastorno esquizoide.

Un antecedente similar fue el de Keira Bell, quien fue indemnizada por el Reino Unido y su caso logró cambios en la legislatura, además del cierre de la clínica en la que fue tratada.