El circo fue el edificio que acogió el mayor espectáculo de la antigua Roma. Junto al teatro y al anfiteatro, formaba la tríada por excelencia donde los romanos acudían a disfrutar del tiempo de ocio.

Toda ciudad importante que se preciara del Imperio romano debía tener su propio circo. Estos recintos superaban los 100 metros de longitud de manera habitual y podían extenderse hasta los más de 600 metros de largo que medía el Circo Máximo, en Roma, el mayor de todo el imperio.

Expertos consideran que Afrodisias tiene el circo romano mejor conservado del mundo. El lugar cuenta con unos 270 metros de longitud y 60 metros de anchura, además, tiene el graderío 2000 años después de su construcción que tenía una capacidad para unos 30,000 espectadores.

Incluso se mantienen intactas inscripciones en algunos asientos que los marcan como reservados para ciudadanos ilustres o gremios cuyos integrantes podían ocupar esa zona del estadio. Sería algo así como los palcos de los teatros y estadios actuales.

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