Este domingo, el mundo del fútbol se viste de luto con la triste noticia del fallecimiento de don Hernán Carrasco Vivanco, uno de los entrenadores más influyentes y queridos en la historia del deporte de Chile y El Salvador. Carrasco dejó este mundo a la edad de 100 años en la unidad de cuidados intensivos del Hospital San Rafael de Santa Tecla.

Una de las hazañas más destacadas de la carrera de Carrasco fue su papel como entrenador de la selección nacional de El Salvador durante la Copa del Mundo de 1970, que se celebró en México. Bajo su dirección, El Salvador hizo su debut histórico en la máxima competición futbolística, dejando una impresión imborrable en la mente de los aficionados al fútbol salvadoreño.

Sin embargo, su legado no se limitó a los equipos nacionales. Carrasco también tuvo un impacto significativo en el fútbol de clubes en El Salvador. En la década de los 60, dirigió al Alianza, donde comandó a la legendaria Orquesta Alba a la cima de la Liga Mayor y a la conquista de la Copa de Campeones de la CONCACAF en 1967. Su visión táctica y su capacidad para inspirar a sus jugadores marcaron una época dorada en el fútbol salvadoreño.

Además de su éxito con el Alianza, Carrasco también se destacó como entrenador del Atlético Marte y el Águila, llevando a ambos equipos a la gloria nacional en diversas ocasiones. Incluso en sus últimos años como entrenador en 2001, Carrasco dejó su huella al dirigir al Municipal Limeño.

Hernán Carrasco Vivanco no solo será recordado como un entrenador excepcional, sino también como un símbolo de dedicación y pasión por el deporte. Su legado perdurará en el tiempo y continuará inspirando a futuras generaciones de futbolistas y amantes del fútbol en El Salvador y Chile.