El Gobierno francés y la Liga insisten en cerrar la temporada pese a la vuelta de otros grandes torneos en Europa.

Kylian Mbappé.

Las decisiones de Alemania, España, Inglaterra e Italia de reanudar las ligas nacionales interrumpidas por la pandemia de coronavirus han dejado en evidencia el particularismo francés. La Ligue 1 no solo no dispone de una fecha de regreso sino que el Gobierno ha decidido cancelar definitivamente la temporada 2019-20. Francia tiene el doble de licencias que España para jugar al fútbol reglado. Más de dos millones. En ningún país del mundo el fútbol es tan importante socialmente y al mismo tiempo carece de menos respaldo político.

Cuando el 28 de abril el primer ministro, Édouard Philippe, pronunció ante la Asamblea Nacional su sorprendente discurso declarando la suspensión definitiva de la temporada, la Liga de Fútbol Profesional se afanaba en diseñar un plan para retomar la competición el 17 de junio y completar las diez jornadas pendientes para el 2 de agosto.

Temporada 2019-20 de La Ligue 1 cancelada.

A diferencia de la DFL en Alemania, la Serie A y la FIGC en Italia, o LaLiga en España, donde existen figuras bien definidas con poder interlocutor ante la Administración para defender los intereses de los clubes, la LFP francesa carece de un presidente. La representación descansa sobre un órgano colegiado, el Consejo de Administración, cuya única reacción a la decisión tajante del Gobierno fue la resignación inmediata aunque la suspensión de la temporada suponga la pérdida de 650 millones de euros de derechos televisivos.