Uno de los casos de corrupción más destacados en los últimos tiempos se acerca a su desenlace final, ya que el expresidente Mauricio Funes y el exministro de Justicia y Seguridad, David Munguía Payés, están siendo juzgados por su presunta participación en la negociación con pandillas y la concesión de beneficios ilegales.

La Fiscalía General de la República (FGR) ha expuesto que tanto el ex presidente Funes como su exministro de seguridad autorizaron la transferencia de delincuentes de alta peligrosidad a centros penitenciarios de menor seguridad, lo que les permitió continuar con sus actividades delictivas sin restricciones. Además, se les acusa de establecer una relación cercana con los líderes de pandillas a cambio de favores políticos y financieros.

Este caso ha generado una gran atención en todo el país y ha puesto en tela de juicio la integridad y la transparencia de las instituciones públicas. Si bien el proceso judicial aún no ha concluido, el hecho de que estas acusaciones hayan sido presentadas en su contra es un fuerte indicador de que se están tomando medidas enérgicas para combatir la corrupción y garantizar que se aplique la ley de manera justa e imparcial en El Salvador.