El presidente de Brasil, Luis Inácio Lula da Silva, condenó la invasión al Congreso, Presidencia y Tribunal Supremo de ese país, y decretó intervención federal en la ciudad de Brasilia, foco de las protestas.

Centenares de seguidores de Jair Bolsonaro ingresaron por la fuerza a varios edificios gobernales destrozando lo que encontraban a su paso, una situación inédita en ese país.

Los seguidores del expresidente exigen una intervención militar ya que no reconocen la victoria de Lula.

«No hay precedente en la historia del país de lo que hicieron hoy. Por eso deben ser castigados (…) vamos a averiguar quiénes son los financistas y pagarán con la fuerza de la ley», dijo Lula da Silva.

En cuanto al decreto de intervención federal, el presidente dijo que busca restablecer el orden en la ciudad a raíz de las protestas.

Por medio de la medida Lula reemplaza como encargado de la seguridad en la ciudad al gobernador Ibaneis Rocha, del partido opositor.