La Policía de Brasilia ha informado que han recuperado el control de las sedes del Gobierno de Brasil que fueron invadidas por simpatizantes del expresidente Jair Bolsonaro.

Las autoridades indican que la toma por parte de los manifestantes del Palacio de Planalto (Presidencia), Congreso y Corte Suprema, ha dejado daños materiales.

El reporte indica que los protestantes rompieron cristalería, destrozaron muebles y arrojaron al suelo documentación y computadoras.

A raíz de la situación, unas 150 personas han sido arrestadas luego de que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva decretara la intervención federal.

Algunos países como Estados Unidos, España, Francia, Portugal, México, Chile, Perú Argentina, Cuba, Guinea Bisáu, entre otros, han condenado lo ocurrido en la sede del poder político del país sudamericano.

«Condenamos los ataques a la Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema de Brasil (…) nos unimos a Luiz Inácio Lula da Silva para instar al cese inmediato de estas acciones», dijo el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken.