Orlando Montano a quien se le daba seguimiento en juicio penal por su implicación en el asesinato de seis jesuitas en 1989 en las instalaciones de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) queda ahora a la espera de la sentencia, luego de la finalización de la vista oral este miércoles.
En el marco de la guerra civil (1980-1992), y en medio de una ofensiva guerrillera sobre la capital San Salvador, el 16 de noviembre de 1989, efectivos del ahora proscrito batallón Atlacatl asesinaron a los religiosos y sus colaboradoras.

Los jesuitas asesinados fueron los españoles Ignacio Ellacuría, Segundo Montes, Ignacio Martín-Baró, Amando López y Juan Ramón Moreno. También fueron asesinados los salvadoreños Joaquín López (sacerdote), la empleada doméstica de la universidad Julia Elba y su hija menor, Celina Mariceth Ramos.

Montano, que compareció en el juicio sentado en silla de ruedas y con mascarilla, un requisito por la pandemia del coronavirus, insistió este miércoles en sus palabras finales en desvincularse de los hechos. “Juro al tribunal, ante ustedes y mi Dios que no estoy mintiendo: En ningún momento participé en una reunión en la cual se diera la orden de matar a los curas”, afirmó Montano con voz cansada, ofreciendo su “ sincero pésame ” a los familiares de las víctimas.

Orlando Montano ha sido, además, el único que ha comparecido como acusado, pues fue extraditado desde Estados Unidos (el resto de los implicados fue amparado por la justicia salvadoreña) y el juicio se centró en los cinco jesuitas de nacionalidad española, ya que era solo lo que podía conocer la Audiencia Nacional del país europeo.

Durante esta última sesión del juicio, que ha quedado visto para sentencia, la defensa ha expuesto sus conclusiones, en las que considera que las pruebas aportadas son insuficientes para condenar a Montano, para el que ha pedido la absolución por el asesinato de los cinco jesuitas españoles, mientras la acusación pide 150 años de prisión.