Gracias al Plan Control Territorial, la tasa de asesinatos bajaría de 36 a 21 por cada 100,000 habitantes.

Según números de la Policía, esta tasa sería la más baja registrada en los últimos 20 años.

Durante el gobierno de Salvador Sánchez Cerén, el país reportó una tasa de 103 homicidios por cada 100,000 habitantes, considerada la más alta en las últimas décadas. Esos índices colocaron ubicaron a El Salvador como una de las naciones más peligrosas del mundo. Los turistas extranjeros eran advertidos por sus gobiernos de los riesgos de visitar el país.

La tasa de asesinatos más baja obtenida en las pasadas administraciones fue en 2,012 y 2,013; en plena tregua entre grupos criminales, promovida por el primer gobierno del FMLN. Las tasas oscilaron entre 40 y 41 homicidios por cada 100,000 habitantes.

Con la ejecución del Plan Control Territorial del Ejecutivo, los salvadoreños han atestiguado la reducción de los crímenes como feminicidios, extorsiones, hurto y robo de vehículos, así como las desapariciones de personas.

Entre el 1 de enero y el 27 de noviembre, la cifra de los homicidios ha experimentado una disminución del 46.3%, fruto del control de los territorios por parte de la Policía.

La operatividad de la Policía y de la Fuerza Armada de El Salvador, así como el orden y control aplicado al interior de los Centros Penales han sido clave en la reducción de los índices delincuenciales durante la actual gestión presidencial.