El fin de semana pasado, el TSE desarrolló un ensayo del sistema que ocuparán en el evento electoral, el resultado fue un rotundo fracaso técnico. La prueba no fue superada a escasos días para el importante evento. Foto de referencia.

Detrás del sistema informático del Tribunal Supremo Electoral (TSE) que servirá para procesar toda la información de las elecciones del próximo 28 de febrero, en las que se elegirá a alcaldes y diputados, está encargado Eduardo Geovanny Lozano Navarrete, un ingeniero ligado con el sonado caso de corrupción de El Chaparral.

Además, Lozano Navarrete es amigo del magistrado Luis Guillermo Wellman Carpio, el representante del partido ARENA ante el TSE.

La amistad no es lo único que une a Lozano Navarrete con el magistrado Wellman, sino también su sociedad para cerrar una serie de negocios en la contratación de empresas internacionales dedicadas al espionaje informático.

El fin de semana pasado, el TSE desarrolló un ensayo del sistema que ocuparán en el evento electoral, el resultado fue un rotundo fracaso técnico. La prueba no fue superada a escasos días para el importante evento.

El magistrado Wellman estuvo muy de cerca de los sistemas ese día y amenazó con despedir a empleados del TSE porque no le permitieron manosear abiertamente la plataforma.

Al seguir investigando hay más, el TSE contrató a Daniel Isaías Salvador Fuentes y a Tito Elías Salvador Fuentes, como parte de la empresa Gold Will Industrial Limited S.A., que se encargará de verificar el desarrollo del escrutinio final. Ambos trabajadores habían trabajado para el TSE.

La referida empresa, sin embargo, está estrechamente vinculada, ¿adivinen a quién?, ¡exacto¡, al magistrado Wellman.

Líderes del partido Nuevas Ideas han expresado que sectores de la oposición política al Gobierno confabulan un fraude en vista a la desventaja en los números que arrojan todas las encuestas y que dan como gran ganador al partido Nuevas Ideas.