La Dirección General de Centros Penales llevó al Tabernáculo Bíblico Bautista Amigos de Israel el mercadito penitenciario donde ofertó los productos elaborados por los privados de libertad.

“Gracias al Plan Cero Ocio nos podemos reintegrar a la sociedad de diferentes maneras. Me siento una mujer superada, una mujer diferente”, destaco Karen Salazar, privada de libertad.

Las granjas penitenciarias están enmarcadas en el desarrollo del Plan Cero Ocio, que forma parte de proceso de rehabilitación y reinserción a la sociedad.

“La sociedad ha recibido de forma muy positiva el trabajo y producto que los privados de libertad realizan, al punto que esperan se informe donde se instalará o inclusive nos han solicitado que visitemos lugares específicos”, informó la jefe de Unidad de Diversificación del Trabajo Penitenciario de la Dirección General de Centros Penales, Nathaly Boquín.