El presidente de la república, Nayib Bukele, dio su discurso de segundo año de gestión entre aplausos y consignas, en la Asamblea Legislativa esta noche, luego de dar apertura a la sesión solemne concedida por el presidente legislativo, Ernesto Castro.

Los gritos no se hicieron esperar: el «sí se pudo, sí se pudo» de salvadoreños que lograron estar presentes y de los diputados llenó la acústica del Salón Azul.

En su discurso, el presidente Bukele expresó «Nunca más vamos a regresar al sistema que nos hundió en la corrupción, en la desigualdad y en la pobreza… no se hagan ilusiones”. Prometió continuar con las transformaciones.

El mandatario recordó a la población que hace unos años desde una tarima desde El Salvador del Mundo, les preguntaba a las personas si el país valía la pena, y que cuánto había esperado por un cambio real en el país,  cuando aún entonces era alcalde de San Salvador.

“Y es que los cambios no son imposibles, pero tampoco son fáciles, menos si son estructurales. Mucho menos cuando los retos son grandes, y qué reto podría implicar en un país como el nuestro que fue violentado, por todas estas décadas ocurrió”, externó.

«Generaciones enteras nacieron y murieron sin acceso a la salud, en un país donde la educación era un privilegio. Desde que un bebé lloró al nacer, hasta llegar a anciano y dar su último aliento. Toda una vida entera. Tantas vidas enteras, y nada cambió», añadió.

El presidente Bukele afirmó que hoy El Salvador se siente diferente, que nadie puede negar que se ha avanzado. «Y no podemos permitir que nadie nos arrebate los pasos que hemos dado y los que estamos por dar».

«El 3 de febrero los salvadoreños decidieron el rumbo que querían tomar. Y el 1 de mayo dicidieron los cambios que querían. A partir de ahora, 1 de junio el reto es mucho más grande. Los salvadoreños debemos liberarnos de los poderes fácticos», expresó.

Esta es la primera vez, dijo, que realmente «tenemos en nuestras manos la oportunidad de emanciparnos. De romper las cadenas que nos tuvieron tantos años atados a la injusticia, a la zozobra y al pesimismo».