La colaboración de dos hermanos y el trabajo articulado de la Policía Nacional Civil (PNC) como de la Fiscalía General de la República (FGR) fueron claves para esclarecer el asesinato de Flor María García, cuyo cuerpo fue encontrado en las últimas horas en las afueras de Cojutepeque.

Tras la desaparición de García, de 33 años, el pasado 15 de marzo, su familia siguió al pie de la letra la estrategia de las autoridades para desenmascarar al asesino y esposo de la víctima, el odontólogo Joel Omar Valle Leiva, quien tuvo la colaboración de su primo Francisco Valle.

Tomando en cuenta las constantes expresiones de violencia que sufría García y sus dos hijos, la familia dio aviso a la Fiscalía por lo que procedieron a despistar por más de dos meses al asesino teniendo que fingir que no desconfiaban de él y que las autoridades no estaban trabajando en el caso.

Dicha estrategia de la Fiscalía al mando de Rodolfo Delgado, quien tiene dos meses en el cargo, llevó el pasado 25 de junio a la captura de Valle Leiva y su primo.

Tras sentirse acorralados, los culpables confesaron el crimen y revelaron que enterraron el cuerpo de Flor en la finca La Paz, de Cojutepeque, en las inmediaciones del kilómetro 32 de la carretera Panamericana.

Se informó que, incluso, Valle Leiva declaró que al cuerpo le colocaron dos sacos con ripio a fin de ocultar el cadáver. Tras dos días de excavaciones, el cuerpo de Flor fue encontrado el pasado martes.

Delgado reconoció públicamente el profesionalismo de los fiscales como los investigadores de la PNC, que siempre estuvieron de cerca con la familia de la víctima y que ello permitió recabar los indicios que llevaron a la captura de los involucrados.

Tras las contundentes pruebas contra Valle Leiva y su primo, la Fiscalía pidió este miércoles modificar a feminicidio agravado la calificación del delito y por ende solicitó también la detención provisional.

El juzgado decretó cárcel para ambos victimarios.