La endometriosis es una enfermedad crónica que se caracteriza por la presencia de tejido parecido al endometrio fuera del útero. Ese endometrio engrosado y fuera de lugar, en los ovarios, la pelvis e incluso más allá, provoca el dolor que muchas mujeres asocian a la regla, puede hacer penosas las relaciones sexuales o el simple hecho de orinar, y está detrás de muchos casos de infertilidad. Esta enfermedad generalmente se desarrolla varios años después del inicio de la menstruación y, hasta el momento, no tiene cura.

Este año, una colaboración de 25 equipos científicos de todo el mundo publicó el mayor estudio hasta la fecha sobre la genética de la endometriosis. El análisis del ADN de 60,600 mujeres con endometriosis y 701,900 que no la tenían reveló una base compartida entre esta dolencia y otras experiencias dolorosas sin relación aparente como la migraña o el dolor de espalda.

Los autores del trabajo, que se publicó en Nature Genetics, proponen que la predisposición genética puede hacer que la endometriosis dé inicio a mecanismos de inflamación que provoquen una sensibilización excesiva del sistema nervioso central. Esto haría que se empiecen a percibir con mayor intensidad dolores en distintas partes del cuerpo que no tienen nada que ver con la endometriosis inicial.

Los expertos en el mundo están avanzando en estudios para conocer el origen de la enfermedad e incluir nuevos tratamientos para mejorar la calidad de vida de aquellas mujeres que sufren de esta enfermedad.