La Asamblea Legislativa aprobó ayer la prórroga 25 del régimen de excepción con el cual se ha logrado que en 480 días no se hayan cometido asesinatos

Antes de la implementación del constitucional régimen de excepción, El Salvador vivía en una vorágine homicida perpetrada en su mayoría por las pandillas terroristas. Nadie estaba a salvo, ni niños, jóvenes, adultos y adultos mayores, todos eran blanco fácil de esos grupos criminales.

Ante esa barbarie, a iniciativa del Presidente Nayib Bukele, la Asamblea Legislativa aprobó invocar al régimen de excepción el 27 de marzo del 2022 y así emprender la guerra contra las pandillas a nivel nacional.

Ayer, la Asamblea Legislativa aprobó la 25 prorroga del régimen de excepción a fin de continuar fortaleciendo la seguridad en el país y capturar a los pandilleros que continúan prófugos de la justicia.

Desde esa histórica fecha el régimen de excepción ha salvado miles de vidas de salvadoreños ya que ha logrado que en 480 días no se cometan homicidios hasta hoy.

El régimen de excepción también ha permitido la captura de 79,184 pandilleros y el decomiso de 3,965 armas incautadas, 8,122 vehículos y 20,140 celulares.

Desde que el Presidente Nayib Bukele inició su gestión implementó el Plan Control Territorial y lo fortaleció con el régimen de excepción logrando que en 593 días no se hayan cometido homicidios.

Estos resultados exitosos logrados por las políticas de seguridad de Nayib Bukele han obtenido la apabullante aprobación de los salvadoreños, que se ha visto reflejada en todas las encuestas que miden estos logros, incluso de la misma oposición al Gobierno.

Antes del régimen de excepción no había paz para los salvadoreños ya que los gobiernos anteriores, lejos de combatir a esos grupos criminales, protegieron a los delincuentes y hasta pactaron con ellos apoyo político a cambio de onerosas sumas de dinero y debilitar las medidas de seguridad en los penales, entre otros beneficios.

Hoy, diversos países del mundo, gobernantes y aspirantes a cargos públicos intentan emular el éxito del combate frontal a las pandillas, el controlar las penitenciarías y sacar de las calles a todo aquel pandillero que sea localizado. El solo hecho de ser pandillero acarrea delitos y prisión en el país.