Las velas aromáticas están fabricadas para generar diferentes tipos de experiencias en el hogar, ya que dependiendo el olor puede dar sensación de bienestar, relajación y buen ambiente.

De acuerdo con la otorrinolaringóloga Marta Becker, de Clarity ENT, ciertos olores pueden desencadenar la nostalgia aunque no se pueda situar el recuerdo exacto.

Hans Plugge, director de la empresa de toxicología y evaluación de riesgos Safer Chemical Analytics, comentó en NatGeo que las velas queman compuestos orgánicos denominados como COV (Compuestos Orgánicos Volátiles), los cuales provocan un nivel de contaminación en el aire, sin embargo, lo malo es cuando se enciende una vela y no hay ventilación, de lo contrario si puede afectar a los habitantes y al ambiente del hogar.

Uno de estos componentes es el hollín (una mezcla de carbono, productos químicos en aerosol y sustancias parecidas al alquitrán, entre otras cosas) y que se produce con una llama inestable (parpadeante) o cuando se apaga.

Asimismo, según el experto, el recipiente también puede contribuir a esa contaminación. Cuanto más alto esté el borde por encima de la mecha, más probable es que la vela produzca hollín, añade Plugge, ya que el oxígeno tiene más dificultades para llegar a la llama.

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