Mauricio Arriaza Chicas, director de la Policía Nacional Civil (PNC).

El director de la Policía Nacional Civil (PNC), Mauricio Arriaza Chicas, manifestó que el esposo (Joel Valle) de Flor María García ejercía violencia en contra de su víctima, al grado de tener control total de sus movimientos.

«El caso de Flor María García es muy complejo, porque se dio al interior de una familia, una institución que debería ser refugio y no servir de tormento para sus integrantes», detalló.

El funcionario recalcó en un programa televisivo, que el caso tiene reserva y que por eso no podía dar mayores datos sobre lo ocurrido, aunque adelantó que la pareja constantemente mantenían pleitos y que ella recibía agresiones psicológicas y físicas por parte de su pareja.

«Ellos eran cristianos y asistían a una iglesia evangélica, por lo que tuvimos que hablar con el pastor que era su guía espiritual a fin de saber como ellos se comportaban ahí, y dijo que actuaban de forma normal. Los patrones conductuales eran normales de una pareja que confía en Dios», dijo Arriaza Chicas.

Sin embargo, explicó, que cuando encuentran un perfil psicológico de la conducta de la pareja del «control económico, del control familiar y de sus movimientos de querer saber a donde se desplazaba. Él tenía control total hacía su pareja e incluso tenía aislamiento hacía su familia, todo esas circunstancias las fuimos analizando y él mostraba algunos indicios sobre lo ocurrido», argumentó el director de la PNC.

«Él seguía tuiteando y trabajando de forma normal, pero fue un trabajo arduo de tres meses donde no mostraba indicios de que él pudiera ser el principal sospechoso. Pero ya lo dije en un principio que todo delincuente deja pistas que lo incrimina», aseguró.

En ese sentido dijo que desde un principio él dio una teoría falsa e inventó una teoría para desvirtuar y decir que no era responsable, y que le desaparecieron a su esposa.

Durante el tiempo de investigación la PNC incautó dos automóviles, teléfonos celulares y otros objetos para iniciar el proceso.

«Desde un principio nosotros sospechamos de él, desde el momento que se presentó 24 horas de la desaparición de Flor María García a interponer la denuncia. Llevaba fisuras en su cuerpo y por ello se desarrollaron pesquisas corporales en el cuerpo del victimario que fue autorizada por un juez», puntualizó Mauricio Arriaza Chicas.