El desvío de fondos públicos de los expresidentes del país más la evasión fiscal, en los últimos dos años, por parte de los malos empresarios ha costado cerca de $1,100 millones.

El ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, reiteró que la corrupción en los gobiernos de Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén le costaron a El Salvador alrededor de $500 millones.

El funcionario agregó que, en todos los gobiernos anteriores, el flagelo de la corrupción fue una práctica sistemática, que retrasó el desarrollo al país y le quitó las oportunidades de un mejor futuro a miles de salvadoreños.

«Solo a Sánchez Cerén se le atribuye haberse llevado $147 millones y a Mauricio Funes $351 millones. En Gobiernos anteriores hubo un saqueo sistemático de las arcas del Estado», dijo en una entrevista de televisión.

Zelaya también se refirió a la cultura de evasión de impuestos por parte de los malos empresarios, que solo en los últimos dos años le han costado al país cerca de $600 millones.

«Entre casos presentados a la Fiscalía y otras investigaciones hemos identificado $600 millones en dos años de el plan Antievasión», dijo.

«La evasión es un robo silencioso que nos afecta a todos. Como Ministerio de Hacienda no perseguimos a empresarios sino a evasores, a delincuentes tributarios», destacó.