El presidente de la República, Nayib Bukele, cierra el año 2020 como el jefe de estado de América con mayor aceptación, según el Ranking de Aprobación de Mandatarios Americanos, elaborado por la empresa Real Time Data (RTD).

De acuerdo con el estudio divulgado este martes, y que recoge los sondeos de los presidentes en cada país, Bukele se coloca a la cabeza con un 96% de aceptación entre los ciudadanos.

En segundo lugar se ubica el jefe de Estado de República Dominicana, Luis Abinader, que obtiene un 90% de simpatías. Pero, a diferencia del presidente Bukele, el mandatario dominicano apenas asumió la presidencia el pasado 16 de agosto.

Le siguen el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en un lejano tercer lugar, con el 64% de respaldo ciudadano y el jefe de Estado de Uruguay, Luis Lacalle Pou, con un 60% de aprobación.

En el extremo opuesto se encuentran el presidente de Ecuador, que solo obtiene el 7% de apoyos y un rechazo del 89%; Sebastián Piñera, de Chile, con 14% de respaldo y 76% de rechazo y Nicolás Maduro, de Venezuela, con el 14% de apoyo y un 82% de desaprobación.

Además, el respaldo hacia el presidente salvadoreño no ha dejado de crecer este año y ha incrementado 12 puntos en seis meses, respecto a la anterior evaluación registrada en julio pasado. En esta clasificación se ubicó en segundo lugar, arriba de Jair Bolsonaro, de Brasil, quien subió 11 puntos, y de López Obrador que también incrementó su apoyo en 8 puntos.

Durante todo su mandato, que está por cumplir un año y siete meses, al cierre de 2020, el Presidente Bukele ha mantenido altos niveles de aprobación debido a sus programas de apoyo a la población y su contante preocupación por los más necesitados.

A esto se añade su exitoso plan para reducir de la delincuencia, la ejecución de obras de infraestructura, su combate a la corrupción y la gestión para contrarrestar la pandemia de covid-19.

Todas estas medidas han hecho casi inexistente la oposición a su gobierno, que se ha visto reflejada constantemente en alrededor de 3% de la población, en su mayoría ligada a los partidos políticos desacreditados por sus prácticas corruptas.