Investigadores de la Universidad de Cambridge, en Inglaterra, secuenciaron el ADN de Ludwig van Beethoven con el objetivo de esclarecer el misterio sobre la enfermedad que lo llevó a la muerte en 1827, en la ciudad de Viena.

El análisis se hizo con cinco mechones de pelo del músico que son auténticos, con el objetivo de averiguar si su información genética albergaba alguna pista sobre la muerte.

Los investigadores descubrieron que el compositor era susceptible a padecer enfermedad hepática y hepatitis B lo que, junto con el alto consumo de alcohol, podría haber desencadenado los padecimientos mortales.

Los expertos no están del todo seguros y tampoco pudieron determinar a qué se debían los problemas gastrointestinales constantes que padecía.