El incendio forestal que azota el Parque Nacional de Yosemite, en California, Estados Unidos, ya deja como resultado más de 9 kilómetros de vegetación calcinada por el fuego, y amenaza con destruir los secouyas, icónicos árboles con siglos de antigüedad.

El incendio ha venido tomando fuerza por la ola de calor y de momento no ha habido reportes de daños severos en ningún árbol con nombre, incluyendo el Grizzly Giant de 3,000 años.

Al problema del incendio, también se suma la sequía que impera en todo el estado, por lo que complica el trabajo de los bomberos cuyos esfuerzos para apagar el fuego iniciaron el 7 de julio en las proximidades del sendero de Washburn en Mariposa Grove, pero fue avanzando con el paso del tiempo.

Según el Centro Nacional Interdepartamental de Incendios, las llamas continúan afectando las zonas de madera y matorrales marcadas por un terreno con mucha dificultad y una abundancia de árboles muertos.