El Salvador, durante la gestión del Presidente Nayib Bukele dejó de ser el país más violento del mundo y pasar a ser el más seguro del hemisferio occidental, gracias a la estrategia de seguridad implementada por el mandatario, a pocos días de haber asumido la conducción del país.

Una estrategia que incluyó una transformación del sistema penitenciario en El Salvador. Antes de la llegada de Bukele las cárceles funcionaban como universidades del crimen para los pandilleros.

El binomio de partidos ARENA y FMLN estuvo en el poder tres décadas, permitieron que los terroristas contaran con privilegios dentron de las cárceles como: teléfono, televisores, videojuegos, fiestas, dinero, inlcuso fiestas con prostitutas.

La población sufrió una de las épocas más difícil en el tema de seguridad debido a la tregua con las pandillas que se estableció con el primer gobierno de izquierda del expresidente Mauricio Funes y por el cual se encuentran procesados él y otros funcionarios de su administración.

La firmeza del Presidente Bukele inició precisamente con el retiro de todas las concesiones que tenían los pandilleros en los centros penitenciarios, con el bloqueo total de las telecomunicaciones, el borrado de grafitis que ellos mismos habían hecho en las cárceles y con la mezcla de los pandilleros rivales.

Además, la estrategia de seguridad gubernamental, el Plan Control Territorial que contiene siete fases incluyó la construcción de un megapenal de máxima seguridad que hace un año tiene como inquilinos a pandilleros de los más peligrosos del país.

El Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) es un sitio en el que lo que menos hay son privilegios para los pandilleros.

Este es un lugar que cuenta con todas las medidas de seguridad para garantizar el orden y la estricta vigilancia de los reos.

El Presidente Bukele ha prometido que el CECOT se convertirá en lo último que verán los terroristas que continúen jugando con la paz y la tranquilidad de los salvadoreños que finalmente han podido recuperar.