El Museo Nacional de Antropología Dr. David J. Guzmán (MUNA) conmemoró el Día de los Difuntos el pasado 4 de noviembre, con elementos tradicionales de la cultura popular salvadoreña.

En la conmemoración se instalaron tres altares decorados con platillos especiales de la temporada como frutas, ayote en miel y tamales, así como velas, flores de muerto, flores de borla, gallardetes de papel picado y retratos de artistas y trabajadores culturales fallecidos.

En el evento, el arqueólogo Roberto Gallardo explicó que todos los pueblos mesoamericanos creían en otra vida después de la muerte y que muchas de las piezas arqueológicas se han encontrado en entierros y representan la dualidad de la vida.

Por su parte, la arqueóloga Claudia Ramírez, indicó que para los pueblos prehispánicos, el destino de los fallecidos era el Tlalocan o paraíso de Tláloc, donde iban los que morían por ahogamiento, gripe o hidrocefalia, y el Mictlán, paraíso de Mictlantecutli, donde iban los que morían de muerte natural, un lugar al que para llegar era necesaria la guía de un perro, por lo cual en los entierros se ponía una figurilla de un can como ofrenda, explicó la arqueóloga Claudia Ramírez.

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