En Colombia, Chile, Estados Unidos y Canadá se reportaron siniestros que superan la capacidad de respuesta y prevención de las autoridades.

Las autoridades de Canadá están alertas por el ritmo y la intensidad de los llamados “incendios zombi”, que son llamas ardiendo bajo gruesas capas de nieve y se observan como nubes de humo blanco. Aunque son frecuentes debido al tipo de suelo en los bosques septentrionales, hasta mediados de febrero se cuentan alrededor de 163 en dos provincias (British Columbia y Alberta), mucho más del promedio. Cuando llegue la temporada seca, la situación puede crecer.

Mientras que en Estados Unidos, el estallido de una vivienda en Virginia dejó múltiples preguntas sobre la causa de que ocurran estas explosiones durante las semanas recientes. El caso en Virginia dejó un bombero fallecido y 10 más con graves lesiones, más otras dos personas que no forman parte del equipo de emergencias. La situación recordó una tremenda explosión en West Park, en Miami, en diciembre de 2023. En esa ocasión, también ocurrió después de una denuncia por fugas de gas en las viviendas.

De igual manera, en Valparaíso (Chile), los incendios dejaron al menos 130 víctimas. En las investigaciones de los siniestros encontraron “acelerantes”, lo cual hace sospechar a los oficiales de que hubo mano criminal, con poco espacio de dudarlo. Países amigos han estado enviando ayuda para las familias afectadas. El Gobierno considera que estos fuegos en Chile son la mayor tragedia desde el fatal terremoto de 2010.

En tanto, Colombia sigue buscando cómo iniciar el proceso de recuperación tras los siniestros graves que azotaron a cientos de habitantes. Durante enero, el Gobierno de Colombia hizo cuentas de 30 incendios de gran magnitud ocurriendo al mismo tiempo, con la triste previsión de que pueda multiplicarse este número debido a la influencia de El Niño en los meses que vienen. Estados Unidos ha enviado ayuda técnica a Colombia para poder amortiguar la situación con el fuego.

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