Ante el estado de emergencia ambiental decretado por el Gobierno de El Salvador en el espejo de agua del lago de Coatepeque, las autoridades han hecho un llamado a sumarse a los esfuerzos que se han puesto en marcha para evitar un desastre ambiental que ponga en peligro este recurso natural, fuente de recursos y de empleo para cientos de familias.

A los usuarios del lago «no se les está pidiendo una cosa fuera de este mundo, solamente que no se vierta agua residual al espejo de agua», afirmó el ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Fernando López, durante una entrevista televisiva.

El funcionario explicó que la proliferación de cianobacterias en el lago, que ha llevado a la declaratoria de esta emergencia, se debe a la interacción entre las temperaturas y ciertos químicos en el espejo de agua, que llegan ahí a través de tres fuentes distintas: las aguas residuales de quintas recreativas, restaurantes y hoteles; las escorrentías de lixiviados, provenientes de los desechos sólidos, y los agroquímicos utilizados en las prácticas agrícolas en la zona.

En ese sentido, enfatizó que «existe la responsabilidad individual sobre cómo vamos a prevenir que la gente siga contaminando».

Más que cumplir regulaciones, «es algo de ética y lógica: si alguien tiene un negocio, una casa o una quinta recreativa y hace uso del lago, lo que debería de procurar es cuidarlo», insistió el funcionario.

El estado de emergencia ambiental decretado por el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales tendrá una vigencia de 12 meses, y contempla acciones de efectos inmediatos, como la limpieza de las cianobacterias que ha proliferado, como de mediano y de largo plazo, como la instalación de boyas ultrasónicas y sistemas de oxigenación para evitar esta proliferación, y la construcción de sistemas de drenaje y plantas de tratamiento de aguas residuales.